14.4.06
HISTORIA DEL INSTITUTO LOMAS DE ZAMORA
Cincuenta años de Cooperativismo al servicio de la comunidad - por Prof. Daniel A.CHIARENZA
Imagen del colegio en los '70
Año 1941.
Guerra y desolación en la vieja y lejana Europa. No queda más alternativa que sustituir las importaciones que no llegan. Incipiente proceso primario de industrialización. Consecuencia: estallido demográfico y poblacional en el conurbano bonaerense.
¿El acceso a niveles medios de educación servirá para escalar posiciones sociales y económicas que garanticen cierto bienestar?. La pregunta no siempre tiene respuesta inmediata, pero lo cierto es que se nota la ausencia de colegios de nivel medio. Es allí, en ese punto, cuando se funda en la vieja casona decimonónica de la Avenida Meeks 654, en el "arltiano" Temperley, el Instituto "Adscripto" Lomas de Zamora con el objetivo de atender a la creciente demanda educativa.
Pocos años después, un grupo importante de docentes, no conformes con el encuadramiento privado tradicional de la institución, deciden iniciar campañas de esclarecimiento que culminarían en la cooperativización del Establecimiento. Ya, desde entonces, los iniciadores estaban en la avanzada educativa, imbuidos del espíritu de los pioneros de Rochedale y de la eclosión cooperativista de finales de la década de los años ´20.
Hasta 1950 sólo funcionaron los turnos diurnos -Comercial (de mañana) y Bachillerato (por la tarde)-, agregándose en ese año el Bachillerato Nocturno, para dar oportunidad de capacitación secundaria, fundamentalmente, a los trabajadores. Con dicha apertura acrecieron los ímpetus cooperativos.
El centro de profesores
Para lograr el objetivo mencionado, cobró impulso la creación del Centro de Profesores, los cuales iniciaron una titánica labor de propaganda en pos de la consecución de la primera Cooperativa de enseñanza del país. Este centro de profesores se autoconvocó en Asamblea en el mismo local del Instituto, el 30 de diciembre de 1952. Los sueños volaban más lentos que las próximas realidades. Ese día, la Asamblea fue presidida por la profesora Elsa Steinberg, siendo acompañada en la función de secretaria por la profesora María Celestina Genovese.
Aún antes de efectivizar la constitución formal de la Cooperativa, se aprobó el Estatuto. Se formaliza la adquisición del Instituto a su anterior propietario, conforme a la reglamentación de comercio vigente.
La Cooperativa limitada
Desde el 9 de marzo de 1953, el Instituto Lomas de Zamora -Cooperativa Limitada de Enseñanza- ya no es un planteo onírico, es una realidad jurídica y una pertinaz pasión solidaria.
Conforme a la constitución de otras entidades cooperativas, su órgano soberano es la Asamblea de asociados y su órgano de gobierno es el Consejo de Administración, elegido por los asociados sobre la base democrática de: un cooperativista, un voto.
Desde la perspectiva social, los alumnos que concurren al Instituto provienen en general de zonas periféricas del partido de Lomas de Zamora y de partidos vecinos, por lo que atiende un nivel socioeconómico muy diferente al de la zona en donde el colegio está ubicado.
En los años subsiguientes es justicia destacar la labor cumplida por el profesor Raúl Aragón presidiendo el Consejo de Administración. Recién el 29 de junio de 1954, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires le concede a la Cooperativa la pertinente Personería Jurídica.
Poco tiempo después -10 de noviembre de 1954- ante las dificultades y la incomprensión que suelen tener este tipo de asociaciones en un medio donde los principios solidarios fueron, y son, cada vez mas escasos, se resuelve ingresar a ACTRA (Asociación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina).
La actividad por conseguir apoyos es incesante.
En ese mismo mes, incentivados por el Instituto Lomas de Zamora, se reunieron unos cincuenta representantes de institutos laicos de enseñanza gratuita, a quienes se los invitó a constituirse en sociedades cooperativas de enseñanza, con el objeto de establecer un régimen legal uniforme. La intención era lograr el reconocimiento y amparo del Estado de una manera más activa y no sentirnos tan solos... Don Quijote era una fantasía literaria.
Como ocurriría en oportunidades posteriores, corría peligro el aporte estatal. El año 1954 fue muy complicado por el enfrentamiento de Perón con la Iglesia, conflicto que nos era ajeno, pero podía tomarse represalia en los colegios religiosos y podíamos quedar atrapados -por ser una entidad privada, aunque sin fines de lucro- en esa vertiginosa violencia estatal.
En diciembre de 1954 le son reconocidos los estudios cursados a la primera promoción de 5° año de la sección nocturna, aunque no le fue concedida la adscripción en la Dirección General de Enseñanza Secundaria. Ya para marzo de 1955 fueron reconocidos todos los cursos que integraban el Instituto, pero ahora el problema era interno, no había espacio físico para el normal funcionamiento. Con el esfuerzo de toda la comunidad educativa se construyó un aula prefabricada de 32 m2, de madera con techo de zinc. A partir de allí, cada paso dado significará un sacrificio indecible.
La crisis del 55
La crisis institucional en grande, la que afectaba al país, repercutió en nuestra institución. En julio de 1955 renunció el Ministro de Educación Dr. Méndez San Martín, quien había autorizado los aportes estatales a la enseñanza privada, contraviniendo la ley de Presupuesto 1955/56. La Contaduría General de la Nación objetó la resolución ministerial hasta la nueva reglamentación de la enseñanza privada. Ante la incertidumbre planteada por no saber si los institutos privados se oficializarían o se eliminarían, los organismos sindicales de docencia privada se lanzaron a la huelga en un clima nada favorable.
Las autoridades surgidas del golpe militar de setiembre de 1955 resolvieron el problema creado en forma favorable para la educación privada -como era esperable suponer-. El 21 de octubre de 1955 el Ministerio de Educación resolvió hacerse cargo de los aportes estatales para la Enseñanza privada.
De todos modos, el Instituto Lomas de Zamora continuaba siendo un "paria" dentro del sistema privado. Existían cursos a los cuales no les eran reconocidos los aportes estatales y profesores, ayudantes de gabinete, no percibían su merecida retribución laboral. Para paliar la situación, los profesores aportaron voluntariamente $ 5 por hora cátedra y un 10% de sus sueldos.
En abril de 1956 el Sr. Roberto Dighero, miembro del Consejo de Administración, asumió a su cargo la construcción de un local al lado de la Dirección, destinado a la futura Secretaría.
Por esos días se decidió la apertura de un nuevo primer año en la sección nacional diurna, condicionado a la colaboración de los padres de los alumnos. Unas 45 familias aportaron trabajo y dinero en un marco fraternal, propio del espíritu que siempre primó en nuestra Cooperativa.
Otro de los baluartes institucionales, el profesor Ricardo Martínez, asumió en mayo de 1956 la dirección de estudios del nacional nocturno.
La situación financiera
Ya en noviembre de 1956, la situación financiera se torna un tanto más desahogada, al llegar los fondos adeudados por Enseñanza Privada. Se resolvió adquirir el terreno colindante, comprometiéndose en el cumplimiento de dicho objetivo: asociaciones de alumnos, ex-alumnos, padres y el aporte efectivo extraído del sueldo de los profesores (10 %) -compromiso social conocido y recurrente hasta nuestros días-.
En mayo de 1957 asume el tercer presidente del Consejo de Administración, el prolífico Dr. Enrique Coll. El anhelo del terreno colindante se transformó en realidad cuando en febrero de 1958 se escrituró. En abril de 1958 el Gobierno de la provincia de Buenos Aires da el puntapié inicial con la cesión de un pequeño subsidio para la construcción del nuevo edificio. Pero lo que aún hoy continúa, con el mismo afán constructivo, siendo el verdadero protagonista de la obra que contemplamos es la voluntad, el sacrificio, el compromiso de la salud y los desvelos de los cooperativistas con la colaboración de la comunidad. Ese es el secreto del sueño educador. Bonos-donación, festivales, rifas, exposiciones, compra-venta de cuadros y libros, todos medio fue utilizado para concretarlo.
Continua la historia
Corrían otros vientos de distracción popular: el 20 de junio de 1958, a beneficio del Instituto Lomas, se realizó, en el campo de pato La Enramada, un festival cuyos números principales los disputaban una jineteada de reservados, un concurso de saltos y un partido de pato.
El 6 de julio de ese mismo año, se produjo el acontecimiento más trascendente en la vida de la Cooperativa: se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio. Tan magno suceso fue engalanado con la presencia del Sr. Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dr. Oscar Alende -además, vecino de la localidad de Banfield-. Junto con él, otras autoridades como el Obispo de la Diócesis de Lomas de Zamora, Alejandro Schell, el Sr. Intendente del Municipio de Lomas de Zamora, Adrián Boffi, los rectores del Colegio Nacional de Adrogué, de la Escuela Nacional de Comercio de Temperley, de la Escuela Nacional Normal de Lomas de Zamora, y muchos respetuosos etcéteras.
Ya por entonces comenzaba otra lucha, ésta por la exención del impuesto provincial, ante una intimación de la Dirección de Rentas de la provincia de Buenos Aires. Se llegaría a ese cometido, muchos años después, bajo la administración de otro "notable": el profesor Héctor Marrese.
Financiar la obra
El financiamiento de la obra continuó siendo motivo de los esfuerzos de la comunidad educativa. Se realizaron, para reunir fondos, un festival teatral a cargo del conjunto vocacional Preludio, en la Asociación Mentruyt; otra fiesta criolla en el campo de Pato La Enramada; una revista con contribución publicitaria del comercio e industria locales; rifas, en las que se destaca una que ofreció como premio la famosa motoneta Siambretta.
Algunos prejuicios en las autoridades educativas estaban muy acentuados por entonces, y queda en evidencia ante la solicitud de los alumnos de descubrir un busto de José Ingenieros, que fue denegada invocando motivos de imparcialidad ideológica.
En agosto de 1958 la Dirección de Arquitectura, dependiente del Ministerio de Obras Públicas de la provincia de Buenos Aires, solicitó la documentación técnico-legal por el subsidio otorgado, antes de convocar a licitación por los trabajos de construcción.
Un mes después se realizó en el Instituto Estrada una reunión que convocó a cooperativas de enseñanza con el objeto de abocarse al estudio de la ley 13.047, solicitando en el mismo acto un régimen preferencial que beneficiara a las entidades sin fines de lucro.
Independientemente de hacerse efectiva la licitación para la construcción, la premura por el comienzo del ciclo lectivo 1959 obligó a construir un aula prefabricada en cuyo armado participaron los alumnos.
Los cooperativistas votaron un descuento en sus haberes del 9% disminuyendo en un 1% el que se venía practicando.
La Federación Argentina de Enseñanza Gratuita
En mayo de 1959 se fundó en el Instituto Estrada la Federación Argentina de Enseñanza Gratuita, que integraron el Instituto Lomas de Zamora, el Instituto Estrada, el Instituto Banfield y el Instituto Vocacional Argentino.
A mediados de ese año se decidió adscribir a la Tesorería al contador Roberto Romero, dada la febril actividad de la misma. Al mismo tiempo, se organiza la Biblioteca, que con el tiempo sería uno de los orgullos del Instituto, junto a otros espacios generadores de proyecciones culturales.
Son muchos los vecinos-amigos que aportan su fianza para lograr un crédito en el Banco de la Provincia de Buenos Aires para encarar las obras de construcción.
Hacia 1960, la vorágine constructora se apoderó de la Cooperativa.
Una vez aprobado el crédito del Banco Provincia de Buenos Aires, inmediatamente, para solventar las cuotas, salieron a la venta los bonos donación, cuyo primer premio ofrecía, nada menos, que un automóvil Isard T 700.
En julio de 1960, se adjudicó -por licitación- la construcción de la estructura de hormigón del primer sector del edifico. Asimismo se construyó un patio en el sector lateral sur para facilitar el acceso desde la puerta de entrada hasta las aulas prefabricadas.
Los prestadores de los avales crediticios son agasajados en un acto de honor, al cual asiste el Subsecretario de Educación de la provincia de Buenos Aires.
En noviembre de 1960, el Consejo de Administración -por unanimidad- designó a la profesora Elsa Steinberg como Rectora del Instituto Lomas de Zamora.
Los apremios económicos resultantes de la inversión en la obra en construcción, aconsejan solicitar un subsidio del Presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. Atendiendo al mismo interés, los padres de los alumnos decidieron reorganizar la Comisión Directiva de la Asociación Cooperadora a fin de acercar recursos para la financiación del nuevo edificio.
Por otra parte, una nueva ley considera a los establecimientos de Enseñanza Privada como unidades administrativas técnico-docentes de gestión propia. En medio de la incomprensión continúa la lucha por la cuasi-gratuidad de la enseñanza en el particular marco del cooperativismo, dentro de otras instituciones de la vida privada que no comparten nuestra filosofía educativa.
Se continúa con la tarea
El 2 de diciembre de 1960 el Departamento de Educación Física organizó la Primera Fiesta del Deporte, que luego se haría tradicional anualmente en la institución. Ese año, la fiesta de fin de curso se realizó en la Sociedad Italiana de Lomas de Zamora.
Durante 1961, las actividades programáticas y extraprogramáticas fueron incesantes, desde las clases "de repaso" los días sábado, cursillos para padres acerca de la problemática de la adolescencia, etc.
Se necesita financiación para proseguir con la construcción del segundo cuerpo del edificio. A tal efecto se solicita un nuevo crédito al Banco Provincia de Buenos Aires, mientras se requiere del señor Gobernador de la provincia un subsidio que cubra tal monto. Las primeras máquinas de escribir nuevas pasan a integrar el patrimonio del Instituto Lomas, mientras se solicita a la empresa vendedora la donación de máquinas usadas. La Cooperadora adquiere el primer tocadiscos.
Hay falta de cumplimiento por parte de Enseñanza Privada, por lo cual se adeudan sueldos. Dicha situación provoca la suspensión de la construcción del tercer y cuarto cuerpos del edificio, atendiendo primero a las necesidades vitales de los cooperativistas, como siempre caracterizado por el compromiso humanitario societario. Recién a partir de junio se podrá abonar el 40% de los sueldos adeudados.
Coincidente con el receso invernal, se realizan actividades para dar protección a las ventanas que dan sobre el ferrocarril y trasladar la Dirección, sala de profesores y Secretaría al primer cuerpo, dado que la construcción del segundo exigía la demolición de esos ámbitos, más una de las divisiones.
El 3 de agosto de 1962, ante el llamado a concurso para ocupar la vacante, el Consejo designa a David Gómez como nuevo Director de la sección comercial. En ese mismo acto se designa al Sr. Roberto Dighero como Secretario del Instituto Lomas de Zamora.
Días heróicos para los docentes
Son años heroicos para los que quieren incursionar en la docencia en el Instituto Lomas. Se adeudan los haberes del personal docente desde el mes de febrero, no hay posibilidades de pagar adelantos, dado la exigua recaudación de Cooperadora. Se recurre a la emisión de bonos donación para paliar en parte la situación.
Recién en noviembre la SNEP (Superintendencia Nacional Educación Privada), parece percibir la desesperada problemática. Se compromete a abonar cinco meses y un 20% adeudado del año anterior en títulos del empréstito 9 de julio. La emisión de bonos ideada por el ingeniero Ministro Alsogaray, procedentes de uno de los tantos "ajustes" a la economía del país, llegó al Instituto. De paso. El gobierno de la provincia cortó todo tipo de subsidio.
A principios de 1963 se adoptó la decisión de no construir aulas provisorias en el segundo cuerpo y sí, en cambio, habilitar provisoriamente el tercer cuerpo del edificio. Se resolvió, también, concluir el laboratorio y dotarlo de elementos necesarios. El gabinete de física se hace realidad, junto con la obtención del mimeógrafo propio. Dadas las dificultades financieras se consideró superfluo el mantenimiento del gabinete psicopedagógico.
A mediados de año se inició un ciclo cultural cuya temática abordaba temas como: Vocación profesional, Protección de la salud, Ciencias de hoy, Aspectos del arte. Lo recaudado se utilizó para la incorporación de material destinado a la biblioteca. Además se acordó concluir el tercer cuerpo haciendo llegar el patio hasta allí.
Inauguraciones
En septiembre de 1963 se inaugura el tercer cuerpo. El entusiasmo constructor no decae a pesar de las vicisitudes de los tiempos, tanto que ya se había procedido a solicitar presupuesto para concretar el cuarto y último cuerpo del edificio.
Al 31 de diciembre de 1963 el Instituto Lomas de Zamora contaba con noventa y siete asociados y veinticinco divisiones en sus tres turnos, dos de las cuales no contaban con aporte estatal, por lo cual los fondos necesarios eran solventados por la misma Cooperativa -como ha ocurrido tantas veces en nuestra historia institucional, aplicando los principios que nos rigen-.
LLamado a los cooperativistas
Se hizo un llamado a los cooperativistas para redoblar los esfuerzos en la consecución de los objetivos institucionales.
En 1964, se dejan sentadas las bases de hormigón armado del cuarto y último cuerpo, pero también tuvo lugar la revisión del plano del mismo y se modificaron e incorporaron determinadas cuestiones como la amplitud del pasillo, el aspecto del frente del edificio, la ampliación de la escalera y la realización de un patio cubierto.
Los placares de la planta alta fueron reformados, reemplazando las puertas por vitrinas y convirtiéndolos en un verdadero museo de Ciencias Naturales.
Nunca se descuidó la importancia comunitaria de la extensión cultural: cursos, conferencias, obras teatrales, ballet, coro, deportes, etc.
Se designó por entonces Jefe de Laboratorio, nombramiento que recayó en el profesor Gerardo Pousadela, una verdadera gloria en la vida del Instituto Lomas. Pousadela reunía en el laboratorio de físico-química a alumnos y ex alumnos preocupados por el quehacer científico.
En diciembre de 1964 se paralizaron completamente las obras de construcción del edificio. Ante la falta de presupuesto no fue posible crear un nuevo cuarto año para la sección comercial, debido a que la cooperativa se hizo cargo de tres divisiones que no se vieron recompensadas con el aporte estatal.
La existencia cuestionada
En este aciago diciembre se iniciaron los hechos que derivarían en la puesta en tela de juicio la misma existencia del Instituto Lomas de Zamora. En la línea de un pensamiento lógico no es compatible un centro educativo donde se imparte enseñanza gratuita con las otras instituciones que conformaban el servicio nacional de enseñanza privada... lo de Cooperativa pocos lo entendían... El caso es que llegó a nuestra casa un inspector administrativo de la SNEP quien, además de efectuar tareas de contralor, interrogó a algunos padres para corroborar la gratuidad de la enseñanza.
En agosto de 1965 la S.N.E.P. (Superintendencia Nacional de Educación Privada) califica al Instituto Lomas de Zamora con un reconocimiento del 70 % del aporte estatal. ¿Será el fin de la Cooperativa o el comienzo de la lucha?. Con el apoyo de AREPRA (Asociación de Rectores de Educación Privada de la República Argentina) se pide la revisión de la medida. Se presenta un recurso jerárquico ante el Ministerio de Educación por la reducción del aporte.
En diciembre un crédito del Banco Provincia de Buenos Aires vino a aliviar la situación.
Llegaron los aportes de dos cursos del nacional diurno pero sólo en un 70%. A esas alturas la cooperadora sugiere al Consejo de Administración el cobro de una matrícula anual de inscripción.
El 10 de marzo de 1966, ante la peor crisis económico-financiera de la institución asume la presidencia del Consejo el Sr. Roberto Dighero.
La cooperadora asistió con un préstamo a la estructura funcional del colegio para abonar parte de los sueldos, puesto que la percepción del aporte estatal registraba un atraso de cinco meses...!
Con el propósito de habilitar el último cuerpo se pidió presupuesto de vidrios y se adquirieron las cortinas que cerraban el frente del edificio.
Era tanta la trascendencia pedagógica del Instituto Lomas que, para marzo de 1967, periodistas de la revista Esquiú realizaron una nota que en el número correspondiente a mayo de ese año aparecía bajo el título de "Alta Función Docente".
Cierre del Instituto Banfield
Un nuevo problema ensombrece el horizonte: la publicación mensual de SNEP de junio de 1967 conectó a la institución con la temática que determinó el cierre de Instituto Banfield. Las autoridades administrativas solicitaron de inmediato audiencia con el jefe de SNEP para rechazar los términos lesivos de dicha información. Mientras tanto, una ordenanza municipal se expedía sobre la obligatoriedad de la construcción de veredas. Ante el requerimiento, se solicitó audiencia con el Intendente para obtener una subvención que permitiera tal construcción. Pocos días después la Municipalidad de Lomas de Zamora responde negativamente a nuestro pedido.
El entusiasmo por colaborar se apoderó de la voluntad de los padres de los alumnos quienes construyeron el portón de entrada del edificio.
Al mes siguiente la cooperadora realizó un festival teatral en el Club Los Andes con al objetivo de recaudar fondos.
En octubre de 1967, coincidiendo con la muerte del "Che" Guevara, toda la zona se vio afectada por inundaciones que no tuvieron parangón en lo que iba del siglo. Por dicha causa se cancelan un gran número de actividades programadas para ese y los meses siguientes, debido a que se priorizaron en el orden social los principios solidarios que caracterizan a la Cooperativa.
A comienzos de 1968 se organizaron actividades de compra-venta de libros de texto con la donación por parte de los alumnos de los libros de años ya aprobados. El producto de lo recaudado se invirtió en la compra de nuevos libros.
La Asamblea de marzo dio por resultado la elevación del descuento a los profesores al 11% de sus haberes, hasta que fuera resuelto el recurso jerárquico.
Los aspectos edilicios siguen preocupando.
La Municipalidad intima la construcción de la vereda, actividad que se realizó en agosto de 1968.
Al mes siguiente nuevas rifas y kermesses nucleaban a toda la comunidad educativa para paliar el déficit.
En diciembre, el Estado reconoció los aportes de un curso de la sección comercial, por lo que los recursos internos se vieron acrecentados, y los descuentos a profesores se redujeron al 10%.
El 28 de mayo de 1969 se obtuvo uno de los lauros científicos más importantes en la vida del Instituto Lomas: fue distinguido el trabajo presentado en la Feria Nacional de Ciencias con el título de "Interpretación matemática de las variaciones de la temperatura". Dicha tarea había sido dirigida por el profesor Gerardo Pousadela, secundado por todo un equipo de alumnos en el cual se destacaban Mónica Basso y Haydee Di Llelo. El premio por la presentación fue el pasaporte a la feria Internacional de Ciencias a realizarse en San Pablo, Brasil. Además de los nombrados habían asistido el evento, acompañando a la delegación, los profesores Ricardo Martínez y Elsa Steinberg.
En julio de 1969 se abre un capítulo muy importante en la historia del Instituto Lomas, al ingresar el profesor Héctor D. Marrese como miembro titular del Consejo de Administración. Marrese le imprimirá una dinámica muy particular a la marcha de la Cooperativa con profunda dedicación y un claro objetivo: el engrandecimiento de la institución.
En agosto de 1969 se toma conocimiento del rechazo del recurso judicial. Estando la asociación cooperadora inscrita en el Registro de entidades de bien público, se solicita a la Municipalidad el aprovisionamiento de cemento, arena y cal para revocar el salón. Esta vez se obtiene resultado positivo.
Logros y dificultades
Las amarguras en el plano administrativo-financiero fueron compensadas por los logros formativo-científicos. Nuevamente el Instituto Lomas tuvo destacada actuación en la presentación del trabajo científico del equipo Pousadela en la Feria Provincial de Ciencias, lo cual permitió acceder a la Feria Nacional de Ciencias a desarrollarse en Córdoba. Los alumnos participaron del evento acompañados de Gerardo Pousadela y Alicia de Palacios.
Casi finalizado el ciclo lectivo algunos estudiantes universitarios egresados de la institución dictaban cursos de orientación vocacional para los niveles superiores.
La preocupación fundamental continúa siendo el rechazo del recurso jerárquico, puesto que de hecho estaba en juego la pervivencia de la Cooperativa. Con ese fin se reunió otra Asamblea Extraordinaria el 23 de noviembre de 1969, que tomó la decisión de iniciar acciones judiciales en defensa del 100% de aporte estatal.
La desconsideración y los planteos burocráticos por parte de las, hasta ese momento, autoridades educativas nacionales, llegaron a su punto máximo cuando el Departamento económico financiero de SNEP suspendió el aporte estatal hasta que se regularizara la rendición de cuentas. El Consejo de Administración elevó una solicitud de reconsideración hasta que la justicia resolviera sobre la procedencia de la reducción del aporte. El argumento presentado fue claro, transparente y comprobable: el Instituto Lomas de Zamora continuaba siendo gratuito, no cobraba aranceles, ni hacía de la enseñanza un medio de lucro, careciendo de los recursos para afrontar la situación.
El 20 de febrero de 1970, ante la falta de respuesta oficial se resolvió tomar una drástica determinación: se pidió una moratoria de setenta y dos meses a la Caja de Previsión -de donde provenía el principal endeudamiento-. De esta manera, asumiendo la deuda, se evitaba la interrupción del aporte estatal.
Continúan los contratiempos.
El pedido de moratorio a la Caja de Previsión fue denegado y el recurso de amparo por el 100% de aporte estatal fue rechazado. No quedaba otra alternativa de procurar algún mecanismo autogestionario y se echó mano, tras un acuerdo con la cooperadora, a la emisión de un bono donación voluntario.
En junio de 1970 se inició juicio a SNEP por el 100% de aporte. Dos meses después se organizaba una competencia de ingenio, auspiciada por el supermercado Canguro. Por esa misma época los alumnos del turno noche pintaron todas las aulas.
En setiembre de ese mismo año se realizó la Feria Regional de Ciencias en el Colegio Inmaculada Concepción de Lomas de Zamora. Allí fueron premiados varios trabajos presentados por el Instituto Lomas.
También por esa época se van acumulando los lauros atlético-deportivos a través del equipo femenino de atletismo dirigido por la profesora Bienvenida Merlo de Sánchez. Dicho equipo participa en el Torneo Intercolegial de la Zona Sur, organizado por la Dirección General de Educación Física, en el estadio de Parque Chacabuco, Capital Federal.
El primer puesto de lanzamiento de disco a su vez participó del Torneo Intercolegial Argentino que se disputó en la provincia de Salta.
Lo artístico-musical no escapó a la diversidad de actividades. El 20 de octubre de 1970 se realizó un Recital de Tango con la participación de Atilio Stampone y Eduardo Rovira, con el auspicio de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Lomas de Zamora. El producto de dicho festival permitió realizar el arreglo parcial de los techos del establecimiento.
Por fin, para noviembre, fue posible obtener una moratoria concedida por la Caja de Previsión. En esos días quedaba reorganizado internamente el Departamento de Publicaciones y se adquiere un mimeógrafo.
Las reformas edilicias fueron desde el arreglo de techos hasta la adquisición de pantallas de gas para la parte externa de las aulas.
Para agosto de 1971, un nuevo ciclo de tango y folklore enorgullece al Instituto. Fueron sus principales animadores: Osvaldo Manzi y Suma Paz.
A comienzos de 1972 es rechazado por la Cámara Federal de Apelaciones el recurso presentado por el reconocimiento del 100 % de aporte estatal. Dicha resolución confirma la sentencia del Juez de Primera Instancia. La justicia del reclamo llevan al mismo a una tozudez descomunal: se reinician actuaciones ante la Corte Suprema.
En julio de 1972 una Asamblea Extraordinaria de cooperativistas aprobó el lanzamiento de una rifa que contó con la autorización del gobierno de la provincia de Buenos Aires y sirvió para financiar las obras del último cuerpo del edificio. Por esos días, la entidad se inscribió en el Registro Provincial de Entidades de Bien Público. Le fue rechazada la inscripción porque las autoridades de entonces alegaron que las cooperativas eran entidades comerciales.
El 5 de octubre de 1972 se realizó con pleno éxito en el cine-teatro Coliseo de Lomas un recital de tango y folklore, con la destacada presencia de Leopoldo Federico y Los del Suquía.
En 1973 se produce una incansable actividad que no respetaba fines de semana. Por junio se instalaron las estufas de gas de planta alta y gracias a la colaboración que prestó la venta de bonos donación, se pudo adquirir el primer microscopio electrónico.
Ese mismo mes se derogó la represiva ley Latorre que prohibía la actuación de los centros de Estudiantes. Los alumnos del Instituto Lomas pronto tuvieron sentadas las bases y motorizaron el mismo dentro del establecimiento, contando con la anuencia de las autoridades.
También los egresados quisieron devolver, de alguna manera, lo que el colegio les había brindado y conforman el Centro de Egresados.
En los últimos días de 1973, la Asociación de ex alumnos presentó un plan de trabajo para el año 1974. La Cooperativa tramitó ante la Municipalidad de Lomas de Zamora la exención de las tasas y ante el Concejo Deliberante la eximición del impuesto a la construcción.
Ya en 1974, el Consejo de Administración aprobó la planificación de actividades del centro de ex alumnos. El ingeniero Gaberscek dio cuenta de la confección de planos de edificación para ser presentados ante el requerimiento de ordenanzas pertinentes.
Para agosto de 1974 se concretó la inscripción de todos los profesores en la Obra Social para la docencia (OSPLAD). Fue nominada delegada ante dicho organismo la Sra. Inés Jatar.
La actividad de esos días era febril. Todos los esfuerzos estaban encaminados a contribuir al sostenimiento de la institución. La sección comercial recolectaba diarios que, posteriormente, vendiéndose el papel y con el producido se compraría un proyector de diapositivas y una caja de disección para el uso del departamento de Ciencias Biológicas.
La ayuda de los distintos entes que entregarían subsidios o colaboraciones no llegó nunca, pero las inspecciones llegaban en proporción inversa. Una de ellas fue la correspondiente a la Dirección Nacional de Previsión Social, que estimó una deuda por aportes jubilatorios y con el FONAVI. Todo esto lo consignamos para evidenciar que la Cooperativa ha subsistido y subsiste no sólo por los aportes -cuando los hubo- de organismos estatales o privados, sino con la colaboración de docentes y padres convocados, que dieron una respuesta positiva en los momentos más críticos.
Pero no todos fueron sinsabores.
Por Ordenanza Municipal fechada en noviembre de 1974 se eximió al Instituto Lomas del pago de las tasas por Alumbrado, Barrido y Limpieza desde el año 1958, hasta diciembre de 1974, debido a su organización en cooperativa gratuita de enseñanza.
En diciembre de 1974 se solicitó un subsidio a la Municipalidad de Lomas de Zamora. Se decidió un descuento de emergencia a los cooperativistas del 20% como donación para asistir a los numerosos gastos de la Cooperativa.
A principios de 1975 la Municipalidad de Lomas de Zamora accedió al pedido y otorgó un subsidio para continuar las obras en el salón de actos, la biblioteca y otras dependencias.
En abril de 1975, la Corte Suprema de Justicia se expide negativamente al pedido de reconocimiento del 100 % de aporte estatal; aunque hay que aclarar que dicho fallo dividido fue con la disidencia de los Doctores Bercaitz y Díaz Bialet (recordemos que la Corte, en ese entonces, contaba con cinco miembros).
En el mes de mayo de 1976, y luego de doce años de lucha ininterrumpida -que ya parecía infructuosa- se consigue el reconocimiento tantas veces postergado: a partir del 14 de marzo de 1977 la subvención estatal vuelve a ser del 100 %.
La implementación de la Ley Federal de Educación en el territorio de la provincia de Buenos Aires determinó la necesidad y la adecuación de la oferta educativa -tratando de no resentir la calidad, como se pudo comprobar en la mayoría de las instituciones- y llevó a la Institución a solicitar a partir del año 1997 la apertura del Bachillerato de Adultos (Res.6321/95), de tres años de duración en la sección nocturna, el cual también sería orientado hacia el Turno Tarde, cubriendo una franja laboral muy difícil de encontrar en la oferta del medio que nos contiene.
La institución ha desarrollado y desarrolla una tarea particular de retención de matrícula y de seguimiento del alumnado.
El cuerpo docente se ha ido especializando en las características del trabajo con alumnos adultos, logrando un reconocimiento comunitario por sus políticas de no-exclusión ante las dificultades de aprendizaje -llámese desafío en la aventura de educar- y ante sujetos que puedan ser víctimas de discriminación en la realidad educativa externa.
La necesidad de medios económicos para sostener la Cooperativa no genera la exclusión lisa y llana de alumnos por falta de pago, sino que se buscan los mecanismos de otorgamiento de becas y medias becas para aquellos que la situación social comprobada de asistencia lo requiera. Y esto es así, sin esperar nada del insolidario Estado Neoliberal -patrón común de nuestras sufridas patrias latinoamericanas- que dejó de hacer este aporte. Lo soportamos nosotros mismos, a partir de una filosofía y de un espíritu: el de la Cooperación.
Queremos demostrar orgullosa y ampulosamente a esta crítica realidad nacional, que otra forma de organización es posible cuando se prescinde de egoístas criterios rentísticos y se apela a la humanidad y la solidaridad, como único y racional método de la convivencia social.
De esta manera el establecimiento desarrolla una importante tarea de promoción social y de búsqueda de igualdad de oportunidades y posibilidades actuando -de hecho- como lo hacían antiguamente las instituciones estatales, en el marco del denominado Estado de Bienestar -fenecido con la última dictadura-.
De esta manera demostramos, la necesidad y el uso correcto del 100 % de subvención, que es el que le permite a la Cooperativa continuar cumpliendo con la función social y educativa descripta.
Una tradición educativa
La globalización de los mercados, como producto del desmedido capricho acumulador imperial, -lamentable pero reconocidamente- ha producido grandes cambios mundiales, desde la comunicación, las formas de producción y las transformaciones en las instituciones.
Teníamos una tradición, muy argentina, en la constante y progresiva democratización de la educación. Pero actualmente sólo unos pocos nos preocupamos y nos ocupamos de ello. Los que buscamos soluciones inclusivas alternativas a este despiadado capitalismo, condenado hasta por las ecuménicas jerarquías eclesiásticas. También ellas llaman la atención acerca de la posibilidad de otros modelos de desarrollo más solidarios y equitativos. El cooperativismo es uno de ellos.
No somos "dinosaurios", como dirían nuestros interesados detractores, por lo tanto comprendemos perfectamente el nuevo rol que le cabe a la Educación en esta etapa, pero ello no debe ser un obstáculo para resignar principios. El cambio, la transformación en la gestión, organización, eficacia, eficiencia y calidad del servicio prestado, debe ser tan prioritario como la comprensión de que la educación debe ser una práctica constante en la búsqueda de la libertad y la solidaridad.
Una Cooperativa de Trabajo dedicada a la enseñanza
Esta Cooperativa de Trabajo dedicada a la enseñanza, se destaca por ser -no sabemos si la única, pero sí la más antigua- en la provincia de Buenos Aires que respeta la organización verdaderamente cooperativa -cuando en muchos otros casos se encubre una forma de organización societaria con fines de lucro-. En este último concepto está el punto que nos define y caracteriza: una verdadera Cooperativa intenta sustituir el incentivo del lucro individual por el concepto de servicio colectivo sin perseguir fines de lucro. En nuestro caso este fin colectivo está encaminado a lograr ofrecerle a la comunidad la más alta calidad educativa, no en el sentido cuantificable de la acepción sino en el más altruista sentido humanista.
Estamos imbuidos de una filosofía noble y solidaria cuyo objetivo final consiste en brindar educación en pos del crecimiento y concientización comunitarios.
Ni hace falta decir que, además de las especificidades propias de una cooperativa de enseñanza, compartimos todos los preceptos generales del cooperativismo internacional. Entre ellos, aquél que prohíbe -desde sus mismos inicios, como prescripción moral luego como legislación positiva- cualquier tipo de discriminación por motivos religiosos, raciales o políticos de los asociados.
La cooperativa, y más en nuestro caso, es una verdadera escuela de democracia, donde la capacidad y el valor de los asociados, no son medidos en función del capital aportado, puesto que en las decisiones del órgano soberano -la Asamblea- cada socio vale un voto. Y en estos tiempos que vivimos creemos que es importante que la persona se imponga al capital, y el famoso "tanto tenés, tanto valés" sea reemplazado por el "tanto sos como persona, valés como persona".
Otro de los principios que en distintos tipos de cooperativas tiene significación es el de destinar parte de nuestros salarios a fines educativos y difundir los principios del Cooperativismo.
Resumiendo
Los esfuerzos del Cooperativismo -que nos define- están destinado a enseñar a los hombres a sumar sus cotidianos sacrificios en beneficio común
Chiarenzahttp://www.launion.com.ar/230225/230225ledu00a1.htm
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